viernes, 17 de agosto de 2012

VAN CERCA DE 500 MUJERES ASESINADAS POR SUS MARIDOS EN LOS ÚLTIMOS 4 AÑOS ¡NO LAS AMAMOS, LAS MATAMOS!


LA VIOLENCIA CONTRA LA     MUJER EN LA PRENSA DIARIA

 Henry Holguín

Quiero agradecer la gentil invitación que me han hecho los compañeros de la Asociación de Empleados del gobierno provincial del Guayas, más aún en tan buena compañía, con tan destacados panelistas como quienes me acompañan.
Desde que llegué al Ecuador en el año 1988, uno de los fenómenos que mas me impresionó y me sigue impresionando, es el machismo, la celopatía y la violencia contra la mujer.

Y me impresionó por que vengo de un país violento - si quieren pueden calificarlo de salvaje - donde delitos cómo la violación, el estupro y el asesinato de mujeres, ni siquiera se denuncian en una comisaría.Allá, estos son lo que llamamos a soto voce, "delitos de honra" y tienen como única justicia, la venganza, casi siempre violenta e inmediata, por parte de los familiares de la mujer violada o asesinada quienes se encargan, a espaldas de la autoridad, de ejercer la justicia por propia mano.

Es tal vez por eso que a pesar de que Colombia es un país con altos niveles delicuenciales, la violación no llega a un 0,01% del total de delitos cometidos y la violencia intrafamiliar tiene menores niveles que en el Ecuador, pese a que allá somos 49 millones y aquí cerca de 14.
OJO: No estoy diciendo que la solución contra la violación y la violencia contra la mujer se solucione matando a los violadores y maridos celópatas asesinos.
Pero si quiero señalar que las políticas gubernamentales ecuatorianas contra estos fenómenos en los cuales las víctimas son mujeres, han sido hasta ahora un saludo a la bandera y que las féminas siguen soportando una situación anómala, injusta, en la que su estado es de indefensión total.
Una chica violada en el Ecuador, no solo es estigmatizada y objeto de burla en su entorno social, mientras que él o los violadores son considerados por el mismo entorno como "proto-machos", sino que debe someterse a una justicia machista donde al denunciar la violación fiscales y funcionarios hombres las averguenzan, las revictimizan, las obligan a contar con detalles como ocurrió el vergonzoso, para ellas, hecho.Muchas veces les preguntan descaradamente si no provocaron al violador, si la ropa que usaban no era incitativa y cosas por el estilo.

Por que Ecuador y especialmente Guayaquil, son territorios donde parece aún reinar la santa inquisición machista. Aquí las mujeres no pueden vestirse como les dé la gana sino de acuerdo a las normas de "decencia" que dictan las circunstancias machistas de la calle. Una minifalda demasiado alta, es metida de mano segura en la 9 de octubre. Fuera de que la chica que la usa es considerada perse una prostituta.

Aun falta el sociólogo y el siquiatra que se le midan a hacer un estudio de cuanto influye en la conciencia femenina el trauma de saber que si se visten como a ellas les gusta o a la moda, tienen que al salir estar vigilantes, mirando para todos lados, evitando desde el simple atrevido hasta el violador y el sádico. Ya en Guayaquil, las mujeres bonitas no pueden andar en taxi ya sea amigo o amarillo, sin exponerse a ser víctimas del asalto con violación incluída. Las historias que diariamente publico en mi diario, que son únicamente en las que hay denuncia de por medio, se repiten todos los días y no son ni el 50% de las que realmente ocurren pues la mayoría de las mujeres víctimas no instauran denuncia por temor a ser revictimizadas o a sufrir nuevas agresiones por parte de su torturador.

Y así quedan las cosas. Muchas veces el violador o el marido asesino, se pasea impunemente por el entorno de la víctima sembrando el terror entre sus familiares y amigos y garantizando así la ausencia de castigo.
Hace apenas unos días, una linda jovencita de 19 años, con 3 meses de embarazo fue acuchillada por su conviviente con quién habia regresado. El asesino esperó a que su mujer se estuviera bañando y cobardemente la tomó por sorpresa y le propinó 46 puñaladas. Y a pesar de las denuncias penales y la promesa oficial de perseguirlo hasta encontrarlo, el marido asesino se paseó lentamente en moto frente al lugar donde velaban a su joven víctima y por los alrededores de las residencias de los familiares de la misma y hasta ahora no ha sido capturado.

También hace pocos días, un padrastro sádico, iracundo por que su hijastra de 7 años no permitía una nueva violación, le propinó 17 puñaladas. La chiquilla sobrevivió de milagro y el sádico fué detenido gracias a la labor que adelantaron los reporteros de EXTRA. Si, debo decirlo.
Escuchamos a la madre de la niña decir que el padrastro tenía familiares en Tres Postes y enviamos una comisión a ese sitio, adonde llegamos a las once de la noche a despertar a un grupo de policias adormilados y perezosos que no entendían nada y que solo al amenazarlos con denunciarlos ante sus superiores aceptaron acompañar a nuestros reporteros hasta la casa de la hermana del delincuente.

Esa vez llegamos tarde. El sujeto había abandonado la casa de su ñaña hacía una hora pero conseguimos una foto de él que utilizamos de inmediato en primera página.

Dos días mas tarde, nuestro corresponsal en Babahoyo recibió una llamada anónima señalando el sitio exacto donde se encontraba el frustrado sádico asesino.

Nos trasladamos a Babahoyo y luego de convencer a la autoridad, como siempre reacia, llegamos al sitio indicado y allí estaba el sujeto quién confesó su delito y se encuentra actualmente en la Peni.

¿Cuantos maridos asesinos y cuantos violadores de mujeres han sido capturados en el Ecuador luego de ser denunciados ? Busqué estadísticas precisas para esta conferencia, pero no las hay. Sabemos sin embargo de boca de los propios funcionarios judiciales que es solo una mínima parte. Los demás se refugian en la impunidad.

Desde hace cuatro años, nuestro diario, bajo un sello que dice "No las amamos, las matamos"  publica los casos de celópatas asesinos.

Hemos impreso hasta ahora 222 veces ese mismo sello con otras tantas informaciones en las que siempre hay una mujer asesinada y muchas veces, la cobarde reacción del macho que prefiere matarse que dar la cara a la ley y a la justicia. Para realizar el foro nacional sobre ese tema, hicimos primero una serie de informes especiales en los que revelamos por ejemplo el drama de los hijos de estos matrimonios que terminan con un final sangriento y machista en medio de una dolorosa y larga división familiar.

A raiz de nuestras denuncias permanentes, el gobierno nacional se decidió también a iniciar una campaña nacional contra el machismo,muy posterior a la nuestra. Pero debo confesar que ambas, la del gobierno y la nuestra, han fracasado. Actualmente, nuestro departamento de archivo nos comunica que la tendencia en este campo es una mujer asesinada en promedio cada dos días. Y si en el 2010 mataron a 151 mujeres, tememos que en el 2011 esta cifra se multiplique por dos.
Es grave. A nuestro juicio un problema de salud pública que tiene sus raíces profundamente enclavadas en nuestra cultura y forma de pensar.

La mujer ecuatoriana no puede seguir siendo considerada un objeto de uso diario por parte de sus maridos, ni condenada al fatal destino de,por cualquier chisme de barrio, ser asesinada salvajemente en una borrachera de sus conyugues.

Conozco ecuatorianos que me dicen con absoluta convicción que a las mujeres hay que pegarles por lo menos una vez al mes para que sepan quien manda.

Tengo casos de mujeres maltratadas noche a noche o semana a semana cada que al marido le da por emborracharse. "El día en que ellos salen a beber- me contaba una de ellas- me la paso temblando hora tras hora esperando su regreso y después de la paliza, insultos y agresiones, practicamente descanso pensando que ya pasó y que tengo unos días de paz antes de la siguiente agresión".
Esto no puede ser, como dice Delfín Qhispe.

Pero, si la cultura masculina ecuatoriana falla en este aspecto, peor ocurre con la cultura femenina. Por que hay mujeres crecidas en un ambiente de violencia intrafamiliar para las cuales esta situación es normal e incluso justificable.

Hace poco publicamos el caso de una niña en Puembo, cerca de Quito, que con solo 11 años de edad se convirtió en el juguete sexual de sus dos hermanos, sus dos tios y por último de su padrastro quién no solo la violó repetidas veces sino que la embarazó. Al ser este detenido, su mujer y madre de la niña, reclamó su libertad alegando que la chiquilla " se había entregado a él voluntariamente". Mientras las mujeres sean enemigas de sus propias hijas, estos hechos continuarán ocurriendo y peor, increscendo en el ámbito nacional.

Jamás he maltratado a una mujer. Crecí en un hogar donde la abuela Rosario nos daba con un palo en la mano si nos pillaba halándo el cabello de una primita. " A la mujer no se le toca ni con el pétalo de una rosa", nos decía la abuela Rosario. Y gracias a ella y a la educación que me infundió, jamás he maltratado ni maltrataré a una mujer. Por que la lucha contra el machismo comienza en la familia donde muchos niños son educados creyendo que son superiores a las niñas, que tienen especiales privilegios, que la mujer solo está para cocinar, lavar platos y ropa y que pegarle a una niñita no es ningún pecado.

Son ambos culpables: los hombres por maltratar y las mujeres por permitir el maltrato. Esa es la verdad.
Recién llegado a Guayaquil hace 23 años, me encontré en la mañana en el parque del centenario con un hombre, evidentemente emigrante de la sierra, que golpeaba a su mujer violentamente dándole patadas en el piso. Llevado de mi quijotesco sentido de la justicia, intervine y reconvine al maltratador. Mi sorpresa fue ver a la joven mujer levantarse del suelo y atacarme con uñas y dientes gritándome: "aunque pegue, aunque mate marido es".

No, pensé en ese entonces y sigo pensando ahora. El que pega y el que mata marido no es. Es un desgraciado cobarde que merece no solo la cárcel sino el repudio de una comunidad hasta ahora cómplice y alcahueta.

Solo espero vivir lo suficiente para que nuestra campaña "No las amamos, las matamos, " termine por sustracción de materia. Solo espero que mi hija ecuatoriana de 17 años mas las hijas que Dios me dé en mi nuevo matrimonio, no vayan a caer en manos de un celópata machista y terminen asesinadas.
Por que entonces no sé como reaccionaré, si como ocurre en este país que amo tanto, o si se me salga el colombiano que llevo y llevaré dentro hasta el día de mi muerte.

Muchas gracias

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