jueves, 16 de agosto de 2012

Henry Holguín, un periodista que no se vara Se hacía pasar por oficial de la Policía para detener a los testigos de un crimen e interrogarlos o podía armar como un rompecabezas un cuerpo que había sido descuartizado para hacerle una foto.


Daniel Samper, su jefe en El Pueblo, destaca de Henry Holguín una cualidad y un defecto: no se vara. “Estaba dispuesto a saltarse normas inevitables del periodismo con tal de traer la información”.
Se hacía pasar por oficial de la Policía para detener a los testigos de un crimen e interrogarlos o podía armar como un rompecabezas un cuerpo que había sido descuartizado para hacerle una foto.
Persiguió por tres cuadras con un pico de vidrio en la mano a Juan Gossaín, que aunque era su jefe no lo echó porque ambos eran igual de explosivos.
Julio César Polanía trabajó con Holguín en Radio Sucesos RCN y dice: “Tiene fama de mitómano, yo creo más bien que es dueño de una gran imaginación. A él le das tres datos de una noticia y él te hace una crónica la verraca. Sus manos son tan rápidas como su mente”. Lo mismo opina Álvaro Miguel Mina, para quien Henry es su maestro. “Es demasiado creativo y para él todo, absolutamente todo, es noticia”.

¿Sí habría sido un pésimo alcalde de Cali?

Después de ver los alcaldes que han venido, a lo mejor no hubiera sido tan malo.

¿Cuál es el límite entre sensacionalismo y amarillismo?

La verdad. El sensacionalismo no amarillista es una escuela que presenté en congresos y periódicos desde México a La Patagonia la practican. Gritemos donde otros susurran. La realidad nos arroja libretos que nadie puede crear. No acepto que le quiten la sangre al muerto en la fotografía, es tan poco ético como ponérsela.

¿Sufre censura en Ecuador?

Me estoy repitiendo. Me da pena volver a los días aciagos del Estatuto de Seguridad de Turbay Ayala, una época represiva, fuimos perseguidos. Hoy en día, cuando el presidente Rafael Correa pide al pueblo ecuatoriano que no compre nuestros periódicos, los rompe en las cadenas nacionales, nos llama prensa corrupta, nos sube los impuestos al papel en un 19%, nos impide trabajar ‘free lance’, nos impone una ley absurda, destinada a que solo quede El Telégrafo, el Granma de Correa, recuerdo la frase de Consuelo de Montejo: “Mejor estar en la cárcel con la mente libre, que en la calle con la mente prisionera”.

¿Es importante la mujer en el Extra?

Mucho, soy un enamorado de la mujer. No entro a la Capilla Sixtina tapándome los ojos para no ver los murales de Miguel Ángel. Por mucho tiempo publiqué chicas en topless. Desde hace 14 años las vestimos con traje de baño y frenamos las fotos sangrientas. Somos el segundo periódico en los estratos 4, 5 y 6. Como diría Facundo Cabral, “ya ni siquiera estamos prohibidos, lo cual es una desgracia”.

¿Para ser feliz hay que casarse seguido?

Esa frase se me salió cuando iba por mi quinto matrimonio, ahora que voy en el octavo pienso que el secreto es amar hasta que te duela, la fórmula de mi abuela Rosario. El amor es un juego de póquer, el que pierde es el que se para de la mesa.

¿Con su actual esposa cuánto lleva?

Dos meses. La conocí cuando ella tenía 15 años, en Santander de Quilichao. Duramos 10 años y nos dejamos por mi culpa. Quince años después nos reencontramos por Facebook y Twitter. Nos casaremos en julio. Estoy luchando porque sea la última mujer de mi vida. La que cierre mis ojos.

¿Qué le quedó de lo bohemio que era?

Cuando en la calle siento el ramalazo del olor de alguien que está fumando yerba, me digo: “Bendiciones y buen provecho amigo”. Y recuerdo mi loca juventud. Sigo siendo hippie, no tengo chequera ni cuenta corriente, no soy rico ni quiero serlo.

¿Se resolvió el lío con el coreógrafo?

(Risas) Tuve una pelea fuerte con un periodista de Tv. y él, para vengarse de mí, contrató al coreógrafo Luis Ronquillo, quien me demandó por acoso sexual. Al fiscal le llegó una carta de una bella dama de Cali que decía: “Ese señor es un ‘hp’ pero lo único que no es, es marica”.

¿Sus reporteros le temen?

Tengo un letrero que dice: “No quiero que me quieran, quiero que me respeten”. Los entrené para que sean 4x4, camionetas finas, que se ven lindas frente a un club social pero se ven mejor entre el barro y el polvo de la selva. Tengo cuatro paracaidistas, cuatro reporteros de guerra y tres expertos en criminalística.

¿Cómo sigue de la salud?

Me partí un brazo en la moto, fueron 14 operaciones. Tuve 4 infartos. Me hicieron una operación a corazón abierto. Las balas destruyeron mi arteria femoral en la pierna izquierda y tengo tubos de silicona. En el atentado perdí cinco centímetros de brazo izquierdo, dos metros de intestino. Soy diabético, me cortaron parte de un glúteo, para salvar el resto y estoy saliendo de una neumonía...

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