jueves, 16 de agosto de 2012

LA REALIDAD DEL SENSACIONALISMO



"Los diarios que hay que leerlos pronto, porque se coagulan". "Los periódicos que si se exprimen, les sale sangre".
Así hablan los detractores del sensacionalismo, el amarillismo y su principal factor, la crónica roja. Pero ¿Conocen realmente el significado, la historia y la realidad de dos escuelas diferentes como el sensacionalismo y el amarillismo?.¿ Saben por qué, la satanizada y estigmatizada crónica roja, sigue siendo un factor de amplia circulación y aceptación por parte de miles de lectores quienes convierten a estos diarios en los mas populares en todos los paises donde existen? La respuesta es no.
En la mayoría de las Facultades de ciencias de la comunicación y periodismo, la existencia del sensacionalismo, el amarillismo y la crónica roja, no se enseñan ni se explican. Simplemente se condenan y estigmatizan. El miedo cerval del ser humano hacia la muerte y la sangre, se refleja en la actitud de docentes, publicistas y muchos lectores, quienes prefieren meter la cabeza en un hueco como el avestruz antes que enterarse de la realidad que se vive en las calles de sus ciudades y paises.
Debemos comenzar por señalar que esa sangre publicada ni la inventamos ni la causamos nosotros, los periodistas profesionales que hemos escogido el duro camino de este estilo, un tanto underground. Esa sangre es el fiel reflejo de una realidad que otros periodistas callan conscientemente, mas por motivos estéticos que éticos. En el Ecuador y en toda América Latina se condena y sataniza  a quienes publicamos los muertos, no a quienes los matan. Estos, generalmente gozan de impunidad, y en su gran mayoría solo reciben, como único castigo, la verguenza de aparecer en nuestras páginas como criminales.
No existe por ejemplo en el Ecuador un verdadero y confiable laboratorio de patología forense, la criminalística se limita a recoger los muertos y llevarlos a la morgue, no se cuenta siquiera con un archivo de dactiloscopia confiable.El único laboratorio de pruebas de ADN está en Quito y por sus costos, es inalcanzable para la gente pobre. El índice de criminalidad ha aumentado en un 34% entre el año 89 cuando llegué al Ecuador y el 2007. Y, a pesar de todo esto, mucha gente y muy importante, creé que lo realmente grave es publicar la foto de los muertos.
En 45 años de hacer crónica roja, no he encontrado nunca un crimen que no tenga una raíz social. Se mata por deculturización, por drogadicción y alcoholismo, por desempleo, por angustia social. No hay criminales natos ni crímenes porque sí. Nosotros somos el espejo de esta sociedad y el termómetro que mide diariamente el galopante aumento de los problemas sociales que producen la criminalidad.
Somos orgullosamente sensacionalistas, no amarillistas y permitanme explicar la enorme diferencia: los amarillistas mienten, los sensacionalistas no. Los sensacionalistas creemos que "quien busca lo fantástico fuera de la realidad es por falta de imaginación", como afirmaban Powels y Bergier. ¿Qué necesidad tendríamos nosotros de inventar mentiras, si la cruda realidad diaria supera cualquier libreto de la mas macabra película?
Muchas de nuestras notas, son tan insólitas, que muchos piensan y aseguran que son mentira. No saben que cada noticia roja, publicada en los diarios que siguen los preceptos sensacionalistas, no amarillistas, es confirmada al menos por tres fuentes. Y no nos quedamos en la mera información del hecho, sino que buceamos a las profundidades del abismo social donde nace el crimen para averiguar sus causas, con sociólogos, sicólogos y sacerdotes, buscando una explicación a los macabros hechos en los que nuestra sociedad refleja su descomposición. Además, se tiene la idea de que periódicos como los nuestros son hechos por personas incultas, el borrachito de la redacción, el vago que no sirve para nada, el clásico reportero bohemio, oloroso a alcohol y otras yerbas. No es así. Por citar un ejemplo, en el diario del cual soy Editor General, nuestro equipo está conformado por Licenciados en Ciencias de la Comunicación y el 60% de ellos lleva con nosotros mas de 10 años. Todos son reporteros de defensa, corresponsales de guerra o han hecho cursos de criminalística y técnicas de investigación.Entre ellos hay 4 paracaidistas. E insistimos mucho en que todos sepan nadar y montar a caballo, por que estamos seguros que alguna vez tendrán que hacerlo para llegar a una noticia.
A los periodistas sensacionalistas se nos acusa de ser sangrientos. No tenemos un departamento de maquillaje para muertos ni es cierto que les ponemos más sangre en las fotos que diariamente publicamos. Consideramos tan antiético hacer esto, como quitar la sangre de las fotos, lo que si hacen otros medios de comunicación. Y no creemos tener el don divino de escoger qué noticias debe o no debe conocer el lector. Por el contrario somos los únicos que le damos a ese lector una versión completa y detallada de la vida diaria ecuatoriana, sin censuras, ni maquillaje.
La crónica roja no nace, como enseñan al paso  en algunas universidades, a principios de siglo con Randolph Hearst y su Yellow Kit. La crónica roja nace cuando el primer ignoto comunicador en el inicio de los tiempos va a contarle a Adán que Caín mató a Abel en la huerta de su casa con la quijada de un burro, detalle este típicamente sensacionalista. Y sigue desarrollándose, primero en las cavernas prehistóricas donde al calor de la hoguera los nacientes humanoides contaban las tragedias de la cacería de dinosaurios,adornando muchos de ellos sus historias con dibujos que hoy en día asombran a los turistas y arqueólogos en innumerables lugares del mundo. Después, en el medioevo los juglares recorrían los continentes cantando las noticias de asesinatos y matrimonios, de crímenes y guerras. Aztecas y Mayas dejaron plasmadas en sus pirámides las terribles escenas de sus rituales sangrientos. Las esculpieron en roca por que no tenían cámaras fotográficas.
Hasta llegar a maestros del género como Simenón, Conan Doyle e incluso a Dostoviesky, o ¿que es sino una gran crónica roja su "Crimen y Castigo"?, pasando por Poe y sus historias macabras, por Wilde y su balada de la cárcel de Reading, y terminando con Ian Fleming y su OO7,Truman Capote y su gran crónica roja "A sangre fría", o Stephen King y sus historias de terror.
 No debía ni siquiera mencionar a quienes nos condenan por publicar a hermosas mujeres. Déjenme solo decirles que estos son los mismos quienes en el pasado le exigieron a Goya que cubriera a su maja desnuda, los mismos que mutilaron unos siglos antes hermosas esculturas de Miguel Angel o Leonardo por que mostraban sus partes íntimas, los mismos que se tapan los ojos cuando entran a la capilla sixtina en el Vaticano para no mirar los bellos desnudos que cubren el interior de su cúpula. Son quienes invocan una moral anacrónica e hipócrita que se escandaliza al ver un hermoso cuerpo desnudo, pero que no les preocupa en absoluto que en Ecuador mueran diariamente entre 3 y 5 niños por desnutrición. Son tan obtusos que llaman pornografía a lo que nosotros hacemos, olvidando que nunca los sensacionalistas publicamos un desnudo completo, un vello púbico o una escena de sexo explícito, pero en cambio no dicen nada ante la lluvia de pornografía verdadera que nos llega en lujosas revistas internacionales que se importan y venden libremente en todas nuestras ciudades o a la que vemos a cualquier hora en los canales de TV tanto públicos como pagados.
Mientras tanto los diarios sensacionalistas aumentamos día a día nuestros niveles de ventas.Al mismo tiempo la mayoría de la llamada Gran Prensa baja el suyo, también día a dia. Se trata de un fenómeno mundial en el que influyen la televisión, el cine, el internet, que hacen que el lector desprecie cada vez más los diarios obesos y aburridos. En Estados Unidos, el cierre del Boston Globe, uno de los diarios tradicionales y "serios" mas conocidos del país, cayó como una bomba entre los propietarios de medios escritos. El New York Times, uno de los diarios mas prestigiosos del mundo ha anunciado su intención de cerrar por 5 años su edición impresa y dedicarse únicamente a su edición electrónica.El Tiempo de Bogotá, el diario mas prestigioso de Colombia fue vendido este año, a Editorial Planeta. Y para nadie es un secreto que la mayoría de la gran prensa ecuatoriana está o trabajando a pérdida, haciendo descarado dumping para poder sobrevivir o sostenidos por pautas publicitarias cuyo otorgamiento se debe mas a amistades o lazos políticos y económicos, que a su circulación.
Y permítanme señalar como, en los diarios sensacionalistas esta forma de censura previa en que suele convertirse la publicidad, con la que le callan la boca a mas de un periódico investigativo o de denuncia, no funciona para nada. La razón es simple: Nosotros vivimos de nuestra inmensa circulación y no necesitamos, gracias a nuestros lectores, de la publicidad para sobrevivir.
En realidad los propietarios reales de los diarios sensacionalistas no son quienes los producen, sino quienes los compran. Desde el momento en que el diario sale de la máquina, le pertenece al lector y nosotros somos conscientes de que ese lector es el verdadero dueño del producto que hacemos y solo él, al dejar de comprarnos, puede cambiar nuestra política editorial o censurarnos. Es decir que, cuando baja nuestra circulación sabemos que estamos haciendo algo mal y tratamos de corregirlo. Por ello, no hacemos un diario de acuerdo a nuestro gusto o nuestro sentido estético, sino a gusto del lector, nuestro dueño y censor.
Sobra señalar que esa gran circulación nos permite prestar a los diarios sensacionalistas, un eficiente y silencioso servicio social. Pocos saben que el diario que edito entrega anualmente entre 50 y 70 sillas de ruedas para minusválidos, mas de 50 soluciones de vivienda para personas de extrema pobreza cuyos casos publicamos a lo cual responde nuestra audiencia de una manera rápida y efectiva, numerosas operaciones y tratamientos médicos y ayudas sociales de todo tipo.
Instituciones como el INFFA nos buscan para publicar a los niños desaparecidos con un 99% de respuestas efectivas y tenemos en nuestro haber más de 200 reencuentros de familiares que no se veian hacía muchos años.
En cuanto a la circulación de los diarios de nuestro tipo es algo innegable hasta para nuestros mas acérrimos enemigos.Y para saber cuál es el diario más leído y popular del país no hay que hacer grandes análisis. Pregúntenle simplemente a los betuneros, a los taxistas, a los buseteros, a las amas de casa, a los albañiles. A esa inmensa masa popular que, se ha comprobado, es la que más compra artículos de toda clase y la que más cumplidamente paga sus créditos u obligaciones. A esa misma masa popular que obligó este año a la academia sueca, a entregar el premio Nobel de economía a un desconocido banquero quien confió en los más pobres y ha repartido miles de créditos a microempresarios de la clase más humilde.
Me siento orgulloso de haber escogido hace 45 años, el camino sensacionalista. Orgulloso de haber fundado, dirigido o editado diarios que dicen las cosas como son y muestran la realidad de estos países sin tapujos ni manipulaciones.
Espero, que cuando el calentamiento global o la ira de Dios acaben con el mundo, algún historiador sobreviviente encuentre entre las ruinas de una de nuestras ciudades un ejemplar de "la EXTRA" como la llama el pueblo.
Para que en el futuro sepan la realidad que vivíamos antes del desastre y no la falsedad rosadita con que diariamente se engaña y manipula a una sociedad desinformada.


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